Incluso ante la adversidad, todos tenemos la fuerza para vencer.

En 2008, después de experimentar un ataque severo de depresión, me diagnosticaron con lo que pudiera ser un desequilibrio de serotonina en mi cerebro. Esto condición ha dado lugar a una lucha continua contra la ansiedad, la depresión y los ataques de pánico ocasionales. Sin embargo, me aferro a Dios todos los días, ya que Él es mi sanador y protector y, con la ayuda y el apoyo de los demás, he podido vencer. ¡A Dios sea toda la gloria!

A través de mis escritos, mi objetivo es inspirarte a creer siempre en el poder de tus sueños y nunca rendirte. Somos conquistadores, no víctimas. Con fe, podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos. ¡Sigue aprendiendo, brilla y no te olvides de sonreír!